El desafío de armar la mochila
Se viene una nueva aventura y el desafío de decidir qué llevar en la/s mochila/s se vuelve a presentar.
Decidí que en este viaje solo voy a llevar una mochila de mano. Las aerolíneas, en general, permiten un equipaje de mano de entre 8 y 10 kilos, tanto sean vuelos low cost o convencionales.
Los pros y los contras de llevar solo una mochila
Inmediatamente, surgen los pros y los contras de viajar solo con la mochila de mano, pero al evaluarlos, siempre terminan ganando los aspectos positivos por sobre los negativos:
- Viajar liviano y solo con la mochila de mano te va a dar la libertad de manejarte rápido, ligero y sin tener que preocuparte por cargar peso de más. Y ni hablar de los dolores de espalda que nos ahorramos si vamos a hacer trayectos largos.
- A medida que pasen los días te vas a dar cuenta que cada vez necesitás menos cosas para vivir tu viaje y, por ende, vas a ir dejando en el camino lo que no utilices.
Entonces, ¿por qué no prever esto antes de partir y comenzar el viaje con lo que sabemos que vamos a utilizar?
Elijo quedarme con los aspectos positivos
Claro, no vas a contar con todo tu armario para elegir la ropa cuando necesites cambiarte para alguna ocasión, pero te aseguro que eso queda en segundo plano y no vas a necesitar esa remera o camisa de más.
No solo eso. Cada día que pase, ese pantalón, esa campera o ese buzo que cargaste de más “por las dudas”, se hará más y más pesado.
Pensá que siempre hay posibilidad de lavar la ropa. Si no te gusta hacerlo a mano, en todas partes del mundo hay lavaderos.
Y, por otro lado, si te quedaste corto con la ropa que cargaste en tu mochila, siempre podés comprar alguna prenda barata en el lugar donde estés.
Entonces, no hay lugar para el “por las dudas“. Llevá lo que estás seguro que vas a necesitar. Si cuando llegás a destino sentís que te hace falta algo más, lo conseguís.
No le tengas miedo al desapego. Si en medio del viaje sentís que estás cargando con cosas que no necesitás, regalalas. No tiene sentido seguir llevándolas. Tu espalda te lo va a agradecer, y la otra persona que lo va a aprovechar, también.
Algo fundamental…
Aplicar el sentido común y ser criterioso es la clave para no llevarnos cosas de más. Ser sinceros con nosotros mismos y darnos cuenta de que todo lo que carguemos “por las dudas” lo llevaremos en nuestra espalda y repercutirá tanto en nuestro estado de ánimo como en nuestra salud.
Lo que no te deberías olvidar
- Al menos una muda más de ropa aparte de la que llevás puesta.
- Un rompevientos o piloto para la lluvia es muy útil en cualquier tipo de viajes. Son livianos y te salvan de pasarla mal si llueve y hace frío.
- Llevá colores que no se manchen con facilidad y, dependiendo del lugar a donde viajes, elegí colores más claros ya que atraen menos el calor.
- Un botiquín pequeño. Acordate que para problemas de salud graves lo ideal es contar con Asistencia al Viajero.
- Lo que te va a sacar de apuros:
- bolsas de nylon
- toallas compactas
- candados
- hilo y aguja
- encendedor
- adaptadores
- una zapatilla
- fotocopias del pasaporte
- elementos de aseo personal
- Pañuelo o gorro dependiendo del país que visitemos. (En algunos países, por ejemplo, las mujeres deben salir con el rostro cubierto).
- Protector solar. Los efectos de su ausencia son conocidos por todos.
- La bolsa de dormir, carpa y aislante dependerán del destino que elijas.
¿Cómo armar la mochila?
La distribución del peso en la mochila es fundamental para que nos resulte cómoda y que no nos cause dolores de espalda. Podemos llevar pocas cosas, pero si están mal distribuidas, tendrán los mismos efectos que si cargáramos cosas de más.
- En el compartimento de abajo no debemos cargar mucho peso. Podemos poner allí la bolsa de dormir, el toallón, el termo vacío, ojotas o el botiquín.
- En el compartimento principal es importante poner las cosas pesadas lo más pegado a la espalda posible. Esto hará que al cargarla, la mochila quede alineada a nuestra espalda.
- Hacia el exterior y en el extremo superior, lo ideal es poner la ropa. Yo suelo enrollarla para que ocupe menos espacio. Un poco de fuerza ayuda a dejar todo lo más compacto posible y sin huecos. A la hora de poner la ropa, también hay que pensar un poco y ser ingenioso. Dejemos más cerca de la superficie lo que vamos a necesitar en el corto plazo. Nadie quiere armar y desarmar toda la mochila todos los días.
Un buen modo de saber si el peso quedó equilibrado es intentar parar la mochila. Si se cae de costado, algo anda mal. Y cuando más se sostenga por si sola, menos se va a sentir su peso en la espalda.
La elección siempre es tuya…
Lo que pongas en la mochila, dependerá siempre de vos. No hay una regla ni una sola fórmula para armarla. Es importante que conozcas el lugar a donde vas y tu nivel de tolerancia en cuanto al peso que quieras cargar. Sé inteligente, usá el sentido común y priorizá lo importante.
Tu mochila va a ser tu casa a lo largo de todo el viaje. Yo prefiero llevarla con lo esencial y traérmela repleta de historias.
¡La elección es de cada uno!
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