Sensaciones primitivas en Melbourne
Se escucha de fondo el tram que se acerca desde un rincón mientras el olor a especias de algún restaurante vietnamita de los que tengo alrededor se mete en mis fosas nasales.
Observo a la gente ir y venir con tranquilidad y unos banderines que cuelgan de lado a lado de la calle ponen el color al paisaje donde estoy sentado. Esto es Melbourne.
Me acompaña un “café latte” en una de las mesitas que sobresalen del bar porque el espacio interior no es suficiente.
De repente, un violín empieza a sonar y al instante es acompañado por una guitarra, un órgano y la voz de una joven que entona un clásico de Roxette.
Son las 5 de la tarde de un día cualquiera en Melbourne y los trabajadores concluyen su jornada laboral. Un grupo de jóvenes salen de la biblioteca nacional y otro tanto se junta en Federation Square a pasar el rato (“chill out”, como lo llaman acá).
También sentimientos profundos…
Todo, todo te invita a que descubras una de las ciudades más hermosas del mundo para vivir.
Por su tranquilidad, por su transporte público, por su limpieza, por la calidez y amabilidad de su gente, por su seguridad, por su mixtura de razas, y por su CULTURA. Así, con mayúsculas.
Sus calles principales fueron diseñadas para que encuentres en ellas una inspiración única, para que dejes crecer tus proyectos y pasiones, y para que te desarrolles en lo que te gusta, con esfuerzo y dedicación.
El centro de la ciudad está armado para que lo descubras por tus propios medios.
Para que te pierdas en sus callejuelas y encuentres allí la gastronomía típica de cada una de las nacionalidades que la componen: italianos, griegos, indios y asiáticos hacen que muchas veces el australiano pase desapercibido en su lugar.
Es que justamente Melbourne es eso: una ciudad desarrollada gracias a su multiplicidad de culturas.
No por nada la noche anterior a dejarla, me encontró sentado en la mesa, compartiendo una cena y una charla inolvidable con una inglesa, un italiano, un timorense y una australiana.
Después de ese encuentro me empezó a pasar lo que le pasa a muchos viajeros: empecé a extrañar esa ciudad aún estando allí. Es que la despedida se acercaba y cuando las despedidas se acercan, siempre, siempre dejan un velo de nostalgia a su paso.
Algunas cualidades sin igual
Salir de noche también tiene su encanto en Melbourne. Plagada de bares en las terrazas, hace que tomarte una cerveza artesanal observando su inmensidad tenga un gustito especial.
Sí, aquí también, como en Buenos Aires, la cerveza artesanal está en auge y, afortunadamente, le está quitando lugar a las grandes marcas industriales que producen en cantidad y no en calidad.
Eso de viajar ligero…
Lo más llamativo es que cuando uno viaja ligero y sin apuro, el tiempo parece volar. Porque todo es nuevo, todo es información que tu cerebro procesa distinto y las horas parecen minutos.
Las experiencias se guardan como tesoros en el corazón. Porque después de todo es lo que tenemos, ¿no? Vivir el presente como el último minuto de nuestras vidas.
¿Y dónde mejor que en un viaje para ponerlo en práctica y vivenciarlo?
Sentir Melbourne
Varios me preguntaron qué me pareció Melbourne, cuál fue mi primera sensación al llegar.
La respuesta se me vino casi al instante y sin pensar: sentí que me abrazó con garras de acero para nunca más borrarse de mi mente.
Y como el tiempo pasa volando, también sentí que una semana pareció un mes. No por su extensión, sino por todo lo vivido.
Por la intensidad. Por la magia. Por los momentos y las sensaciones cruzadas de estar a miles de kilómetros de casa, pero encontrar en ella el recibimiento acogedor que hace que tampoco te quieras despegar.
Seguramente así pasarán los días, las ciudades, la gente, las experiencias y los momentos. Y así se guardarán en la memoria para llevarlos conmigo por donde quiera que vaya.
¡Melbourne es parte del Proyecto Oceanía que encontrás acá!
Responsable: Mauricio Irigoyen Finalidad: El envío de publicaciones, correos con promociones de productos y/o servicios. La legitimación es gracias a tu consentimiento al aceptar las políticas de privacidad. Tus datos se encuentran alojados en mis plataformas de email Mailchimp, suscrita al EU Privacy Shield (más información de la política de privacidad de Mailchimp). Podrás ejercer Tus Derechos de Acceso, Rectificación, Limitación o Supresión de datos en cualquier momento a través de: escribime@relatosenmochila.com.ar. Encontrá más información en www.relatosenmochila.com/politica-de-privacidad.
Deja una respuesta