Hay unos locos en este vasto planeta tierra que se dedican a predicar la religión de viajar…
Aseguran que Dios esta adentro de cada uno bajo una premisa casi imposible de subyugar: Cuando estás inspirado te comés el mundo. Y eso, afirman los que saben, no es nada más y nada menos que VOS vibrando. Sintiendo. Viviendo.
Esta religión crece cada día un poquito más…
Es que en todas partes del mundo adonde viajes, vas a encontrar nuevos feligreses que se suman a estos locos que andan anunciando la venida de una nueva forma de vivir. De ser libres haciendo lo que les gusta. Aprovechando al máximo la capacidad de sentir. Sentir que cada uno tiene la opción de elegir lo que quiere, cuando quiere y como lo quiere.
En esta religión también hay apóstoles…
Ellos escriben historias en páginas que quedan marcadas por sus experiencias y su crecimiento personal. Pero sobre todo, sus escrituras se destacan por su poder para inspirar a los creyentes, y por desafiar a los paganos que intentan desmentir el sentimiento que se crea en la hermandad.
Ritos de iniciación hay variados y sin reglas…
Cada uno elige la forma de llevarlos a cabo. Y ahí radica la magia. Porque nunca hay uno igual a otro y siempre, siempre, se van regenerando. Entonces el aprendizaje no tiene fin. Cada fiel aporta su conocimiento, su estrategia, su estilo, su Ser.
A algunos les cuesta dar el paso para ser bautizados. Es que tienen miedos. Y el miedo principal proviene, no de alguien externo, sino de la posibilidad de encontrarse con ellos mismos, haciendo cosas que ni se imaginaban, y hasta dándose cuenta que no tienen límites, que el único techo es el que les impone su mente. Y que cuando logran romper esa barrera, encuentran la verdadera libertad.
Claro que esta religión también cuenta con mandamientos…
Son mucho más que diez y la principal característica es que se van incrementando a medida que pasa el tiempo. Hay una razón que explica esta particularidad y es que muchos llevan a cabo sus propios preceptos, los proclaman, los contagian. Y se esparcen. Y así, crecen y crecen. Y hoy son más de mil.
Algunos usan el manual del viajante de la luz…
Es que, claro, hay distintos niveles en la escala de viajeros, pero ninguno está por encima del otro, sino que es una línea recta horizontal, donde todos ponen su granito de arena. En esa línea recta, algunos fieles utilizan este manual como material de consulta, de información. De inspiración.
Es que al fin y al cabo, se trata de…
Un grupo de locos que se van alistando en esta religión de libertades, donde cada uno forja su propio camino, aprendiendo del que tiene al lado. De compartir experiencias, de sumar amigos, amores, familia. De volar tan alto como te dé tu imaginación.
De animarte a despegar sabiendo que no vas a ser el único loco que pertenece a una religión sin precedentes y que vas a crecer tanto, pero tanto, que cuando mires para atrás, solo quedará el recuerdo de las experiencias compartidas, de las huellas marcadas en el camino transitado y de todo el potencial que tenías antes de animarte a abrir las alas y encender el fuego eterno que guarda tu corazón.
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