Vamos por la vida derrochando Amor
Es que somos eso. Seres de energía atravesados por un sentimiento llamado Amor, que no sabemos definir bien. Tenemos mucho por lograr pero no nos animamos. Lo tapamos. Lo esquivamos. Porque en ese momento es cuando aparece el miedo, y ahí nos hacemos chiquitos.
El “témpano análisis” le gana al “fuego sentimiento”
La clave está en la acción. Si logramos romper la estructura que nos aferra a quedarnos encerrados, la llama empieza a resurgir y la cabeza vuelve a cederle lugar al Corazón. Porque el miedo nunca conduce a nada. Produce una parálisis tal que la pregunta típica que nos hacemos cuando estamos ahí es:
¿qué pasaría si…?
Entra en la cabeza, se pone a dar vueltas y las hipótesis se suceden una tras otra con una carga de ansiedad que se acrecienta con el correr de los minutos. Y ahí cuidate, porque detrás de la ansiedad se esconde la angustia.
Entonces…
Ante este panorama que no es nada alentador, yo (al menos yo) elijo el movimiento, el sentimiento, la acción. Sobre todo para no quedarme con la duda ¿no?, y no tener que hacerme más esa bendita pregunta de la que hablábamos más arriba.
¿Y cómo hacemos?
Fueron dos o tres veces en mi vida donde salí de la zona del miedo y accioné. Tomé la decisión de hacerme cargo de lo que vendría y me la jugué a escuchar al corazón.
Te puedo asegurar que, si bien al principio me descolocó y me dejó en jaque por estar posicionado en un lugar que antes no conocía, la satisfacción de no haberme quedado con la duda y jugármela entera por la intuición me permitió conocerme mucho más a mi mismo, crecer como un ser nuevo y seguir confiando en que todo lo necesario para ser feliz está en uno mismo y en el amor que le pongamos a cada instante de nuestra vida.
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