¿Y a vos quién te dijo que el viaje de tu vida iba a ser fácil?
Estás vos solo ahí, entero con tu alma, viendo para donde encarar. Son los momentos de sentarse a esperar que pase la tormenta y dar rienda suelta a lo que sientas.
Atravesarlo. Vivenciarlo. Transformarlo
Cuando lográs dar ese paso, ya nada es igual. Partís al medio la estructura que no te permitía avanzar y evolucionás como Ser nuevo. Hay veces, en los viajes, en que te sentís solo, en que la gente te pasa por al lado pero ni se entera que vos tenés diez mil millones de cosas para contarles. Y vos te las guardás, porque pensás que no les vas a aportar nada.
Pero ahí es donde cometés el error
Porque al pasar el tiempo, parás la pelota y te das cuenta de que sí sumás. De que sí tenés mucho para dar. De que sí, brindás algo increíble y mágico. Y eso, querido viajero, sos vos. Porque tal es la necesidad de sentirnos amados que buscamos desesperadamente un abrazo, una charla, una mirada, un beso contenedor, que repare todos los momentos débiles que tenemos, y que lave todas las heridas que nos cuesta sanar.
Y al final, siempre terminamos en la misma dicotomía
¿Nos llenamos de miedos o nos llenamos de amor? Son las dos fuerzas poderosas que mueven al mundo y nosotros ahí, en el medio de las dos, tratando de encontrar el camino para despegarnos de una y vivir plenamente en la otra. Llenos de incertidumbre, llenos de preguntas, pero enteramente convencidos de que elegiremos aquello que consideremos la felicidad en ese momento.
Los locos soñadores
Muchos van a tratarnos de locos por salir a buscar nuestros sueños, pero muchos también nos van a apoyar en este hermoso sentir de pequeñas grandes cosas que nos hacen serpientes en los momentos difíciles, colibríes en los momentos de creación, pumas en los momentos donde hay que atacar y cóndores en los momentos de volar.
Un nuevo despertar en el viaje de tu vida
Y así, mi viejo amigo, ya no pasaremos inadvertidos en este sendero de las pasiones. Paisajes de ensueño, la música resonará en nuestros oídos como ecos del corazón, que rebalsará de nuestro pecho cuando entendamos que todo está dentro nuestro, y que las ganas de trascender y de ser seres plenos dependen absolutamente de nosotros y de nadie más. Cuando finalmente entendamos eso, habremos dado el paso más importante de nuestra vida, porque ya no dependeremos de terceros y nuestra plena confianza nos hará brillar más que nunca en el cielo de estrellas.
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